Estimados MASTERS,
No hay palabras para definir, explicar o simplemente escribir lo que pasó ayer.
Se nos fue un buen amigo, una excelente persona y un verdadero “fiebrúo” del fútbol.
Lo único que tal vez pueda mitigar un poco su partida, es que Odoardo se fue haciendo lo que más le gustaba: jugando fútbol.
Por más tristes e impactados que podamos estar, por más difícil que se nos haga entender qué fue lo que pasó, hay que aceptar que la departida de los seres queridos, de nuestros amigos y –aún- de gente que no nos quiere, es -paradójicamente- “Ley de Vida”.
Odoardo fue un ignaciano a carta cabal; futbolista de los buenos, y que nunca dejó de practicarlo ni de tener miedo a hacerlo, no obstante su condición.
Que Dios te tenga en su Gloria, Odoardo.
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Muchachos “maduros”…hay que seguir “pá ‘ lante”!!!.
Odoardo puede haber sido de todo MENOS cobarde. El se dio con todo en el campo de juego aún a sabiendas de su condición: así que eso nos debe –más bien- dar fuerzas para seguir batallando en nuestras actividades diarias.
Quisiera honrar su Memoria y rendirle nuestro reconocimiento y recordatorio a Odoardo quien –estoy seguro- lo agradecerá desde los Cielos (porque de eso se trata: de ser RECORDADOS aún por aquellos que no llegamos a conocer). Y aunque parezca fuera de lugar, lo único que se me ocurre es reiterar la petición y rogatoria de Pepe Garrido, en el sentido de que -TODOS- hagamos un esfuerzo económico para ir en Enero a nuestro médico de confianza, y hacernos así los exámenes y pruebas de esfuerzo necesarias para verificar en cuales condiciones se encuentra nuestro cuerpo. Ya no somos jovencitos, y si queremos seguir compartiendo con nuestras familias, nuestros amigos y nuestros queridos compañeros del Fútbol, es bueno que hagamos ese esfuerzo. Estoy seguro que Odoardo no querrá que lo que le pasó ayer haya sido en vano.
CUIDENSE!!!!
ARRIBA ODOARDO!!!! ...ARRIBA LOYOLA!!!!
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