Winston Churchill diría “el que no es de izquierda a los 20 años no tiene corazón, pero el que a los 40 lo sigue siendo, no tiene cerebro”
1. Cien millones. Es la cantidad de personas muertas por causa de la aplicación de la doctrina marxista en el siglo XX. 65 millones en la China comunista, 20 en la Unión Soviética, y el resto en países como Camboya, Vietnam, Corea del Norte y Cuba. La colectivización de la propiedad privada, la estatización de los medios de producción, la destrucción de los mercados libres y el comercio, no tuvieron otro resultado que miseria, hambre y muerte para la gran mayoría de ciudadanos que tuvieron la desgracia de vivir en estos países.
2. El fracaso productivo del estado. La realidad se encargó de demostrar que el estado es un perverso administrador de recursos, y que no es posible reemplazar la iniciativa individual ni el papel coordinador de los mercados, con una enorme oficina de planeación. La fórmula que propone al unísono la izquierda, la de ampliar el papel del estado en la economía, por tratarse de un agente benévolo que es capaz de considerar el interés general sobre el particular, ha resultado ser una tremenda falacia. No solo es evidente que el estado es incapaz de proveer la totalidad de bienes y servicios que necesita una sociedad, sino que cuando ha tratado de hacerlo, los únicos beneficiados han sido los miembros de una élite burocrática, que a través de la coerción, reprimen la creatividad, el ingenio y la libertad de los ciudadanos.
3. El triunfo del capitalismo. Contrario a los pronósticos marxistas, en los países donde mayor libertad se ha dado al sistema capitalista, y en donde la iniciativa privada y las libertades económicas se han desarrollado con más fuerza, es donde hoy existen mejores condiciones de vida. Paradigmático el caso de las Coreas, dos países que comparten características geográficas, sociales y culturales, pero que viven realidades opuestas. Corea del Norte, sumergido en la miseria y el atraso, gracias a un comunismo llevado hasta las últimas consecuencias. Mientras que Corea del Sur, en menos de cincuenta años, pasó del tercer mundo, a ser un ejemplo de desarrollo y prosperidad, aplicando justamente las recetas contrarias. No sobra nombrar los casos de Singapur, Japón, o incluso, Chile, todos ejemplos evidentes del éxito de las políticas económicas liberales.
4. Venezuela. Las iniciativas que buscaban renovar el socialismo en el siglo XXI, como la de Hugo Chávez en Venezuela, terminaron siendo la reedición de los viejos dogmas, que por supuesto, condujeron a los mismos vicios: escasez, paralización de la economía, corrupción, emigración masiva, destrucción de la capacidad adquisitiva de los ciudadanos, a la larga, hambre, miseria y muerte. Las indignas colas para comprar leche y pollo, las oleadas de venezolanos que ahora llegan a Bogotá huyendo de la irracionalidad socialista, deberían ser prueba suficiente, no solo de que el laboratorio bolivariano fracasó, sino de que los principios sobre los que se construyó están equivocados, de que la izquierda se quedó sin casos de éxito.
5. Un mundo más feliz. A pesar de que la sensación general siempre ha sido que el mundo está en crisis, y se le adjudica la responsabilidad al perverso sistema económico capitalista, o más recientemente, al “neoliberalismo” salvaje, la realidad es contundente: hoy vivimos una situación de bienestar incomparablemente mejor que la de cualquier otra época de la historia. Sin negar que millones de seres humanos todavía viven en la pobreza, también es cierto que bienes y servicios que eran lujos reservados para la nobleza hace dos siglos, hoy en día son comunes: agua potable, alcantarillado, educación básica y servicios de salud, algunos ejemplos. Uno de los pecados del “corrupto” liberalismo económico, ha sido traer al mundo un nivel de bienestar sin precedentes para una enorme proporción de los seres humanos. ¿Alguien duda de que un chileno,colombiano, peruano, argentino, etc. de clase media, hoy tiene acceso a comodidades que ni siquiera podría soñar un monarca europeo de la edad media?.